¿Acaso no te das cuenta!
Me estoy
cansando, colega:
te reitero por
enésima vez
que no tengo
la paciencia
ni la tenacidad,
ni la fe cristiana de tu abuela.
Si te parece, atranquemos este tartajeo tan bufo,
ahora que todavía estamos a tiempo.
¿No te das cuenta de que cada vez entendemos
menos el cosmos!: situación diáfana
que nos lleva a desistir sin más preámbulos
o zarandajas del intento utópico de abarcarlo.
Lo mejor de todo es que este barrunto existencial
no quita para especular en posibles quimeras;
pero sólo en honor a tu homónimo:
Tomás Moro, y su correligionario:
Erasmo de Rótterdam;
eso sí, con una buena dosis de humildad…
y otra de resignación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario