Etiquetas

viernes, 27 de marzo de 2020

Porfía presocrática



Porfía presocrática



A veces me insistes, recalcitrante,
en que sólo te sientes un manojo de nervios:
unos momentos cruciales en los que no sabes
canalizar adecuadamente tus inquietudes,
tanto culturales como humanas,
perdiendo siempre el control,
además de tu energía vital...

Después del proceso de reflexión,
tras conflicto ontológico tan íntimo,
te haces una labor severa de autocrítica:
primero prometiendo dominarte
y, a la postre, enmendarte;
pero nunca lo consigues, volviendo
sin remedio a las andadas.

Tal vez sea el mayor defecto de los miles
que me dices que posees.

Al comienzo del otoño me lo recordaste de nuevo,
valiente, mirándome a los ojos;
al mismo tiempo que te preguntabas, inquisitivo,
el porqué, sosteniéndome terco la mirada,
como si quisieras buscar la respuesta
en este par de lívidas cuencas oculares,
escrutando su denso microcosmos,
con perseverancia de oftalmólogo,
e interrogando a los miles de bastoncillos
y rojizos capilares que entretejen el fondo
de mis cansadas escleróticas, las cuales,
con un ligero cambio de matiz, acaso
te delatasen mi aquiescencia salomónica,
te encubriesen una displicencia inconsciente
o, quizás, un ecuánime encastillamiento presocrático.


No hay comentarios:

Publicar un comentario