Parafraseando una carta de Cadalso
(Mutatis mutandis)
No resulta nada fácil saber cómo ha de proceder un hombre de este
siglo para hacerse un mediano lugar en el cosmos; y es que:
Si uno aparenta talento o conocimiento, se adquiere el odio de las
gentes, porque le tienen por vanidoso, atrevido e idóneo para realizar cosas
grandes.
Si, al contrario, uno es obediente y delicado, le repudian por
inútil y estúpido.
Si ven que uno es algo previsor, prudente y detenido, le tienen
por retorcido e insidioso.
Si es uno franco, sensible y fácil de reconciliarse con el que le
ha maltratado, no se cansan de llamarle asustadizo y timorato.
Si uno procura elevarse, en menos tiempo que lo que dura un
relámpago lo tachan de ambicioso e insaciable.
Si se contenta uno con la medianía, no le queda más remedio que
ser denominado indolente.
Si sigue la corriente del mundo, al momento adquiere uno nota de panegirista.
Si a uno la da por oponerse a las quimeras de los hombres, automáticamente
sienta plaza de extravagante.
........…………………………………………………………………………………...........
Dichos argumentos, usando con recalcitrante torpeza la manida pero
eficiente subordinación condicional,
ponderados con enjundia y corroborados con tantos ejemplos como
abundan en la corte de los milagros
(o la octava potencia económica del orbe, como nos fusilan cotidianamente
con premeditación y alevosía innúmeras catervas y más catervas de rastacueros, correveidiles
y profesionales de la política)
le dan gana al circunspecto homínido que garrapatea estas líneas
de retirarse lo más rápidamente posible a lo más abstruso de la Patagonia,
huyendo de sus semejantes,
y, por ventura, escogiendo la más espartana morada de los
desiertos
o montes para intentar mimetizarse entre fieras y brutos,
de no haber logrado congeniar con los asombrados patagones.
El ser humano es una enfermedad!!
ResponderEliminar