Jamás te olvidaremos, Mariano
A Dolores Armijo,
in memoriam
El ex ácrata Azorín se preguntaba,
sumido en la molicie de su reciente conservadurismo
posbélico; si bien, con la máxima humildad, respeto
y admiración hacia Mariano
José:
¿Por qué
Fígaro no quiso
comprender
que una esposa ajena
que una esposa ajena
no podía
amarle?
¿Por qué la
norma social –en este caso
tan honda– no
ha de ser respetada,
y desde luego
no la hemos de considerar
superior a la
transgresión?
A sus
veintiocho años, querido por unos,
temido por
otros, adinerado, pletórico
de juventud, sano,
teniendo
en
perspectiva un magnífico porvenir:
¿Cómo no ve
Larra el abismo
que él mismo se abre y en que va a precipitarse?
que él mismo se abre y en que va a precipitarse?
¿Cómo puede
darse tal caso sin un desnivel
enorme entre la
sensibilidad y la inteligencia?
……………………………………………………..
Empero, desde mi particular atalaya
te pregunto, Dolores Armijo:
¿Qué habría sido de él
y del devenir de su patria,
de no suicidarse a los
veintiocho años por culpa
del profundo amor
que te profesó, tan sincero
por su parte como
incomprendido por
la tuya?...
…Pienso que nos habría quitado
muchos complejos endémicos,
acaso evitándonos permanecer
siempre en la cola de Europa.
A pesar del enorme pesimismo
que deja traslucir en
El día de
difuntos de 1836,
hondo testimonio donde damos fe
de su total decepción política;
así como en La
nochebuena de 1836,
de neto corte horaciano,
artículo en el cual ya cotejamos
su total desilusión ante la vida,
dándonos a entender que
había fracasado totalmente
en cuanto a sus aspiraciones reformistas.
Es más, Dolores,
y aún en lo que fue más
importante para él,
sus relaciones amorosas contigo.
Por estas contingencias,
que tan machaconamente hemos citado
y, a pesar de todo, jamás
que tan machaconamente hemos citado
y, a pesar de todo, jamás
te olvidaremos, Mariano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario