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sábado, 14 de marzo de 2020

Museo marítimo

Museo marítimo


Sr. director de El Correo
Bilbao

Con el correr de los años, cuando escasamente brillan sobre la cloaca navegable los reflejos de titanio de la lata de conservas abierta a golpes de cincel y martillo costeada por los sufridos contribuyentes, inicia su andadura el nuevo museo marítimo, formado por pecios y derrelictos olvidados e incrustados en el limo de la ría, recuperados con supercabrias, y restaurados amorosamente por manos de parados y estudiantes.
No se menciona en absoluto en los medios de comunicación a los miles de personas que provistas de la calidad y temple de nuestros mejores aceros: remachadores, caldereros, soldadores, tuberos, mecánicos, etc., dieron la vida por ello, primero construyendo cientos de navíos y variados artilugios flotantes, y después dejándose la piel en el devenir industrial, siempre incierto.
Sólo salen las grímpolas de las navieras dirigidas por especuladores hábiles que se hicieron multimillonarios con el tráfico de alimentos y productos siderúrgicos destinados a los países contrincantes en las sangrientas guerras europeas. En absoluto se cita a las legiones de marineros, fogoneros, paleros, engrasadores, camareros, etc., siempre explotados por armadores y capitanes en campañas largas en la marina mercante más clasista y sectaria del planeta, a veces en navegaciones de años. Estos titanes, aguerridos hijos de Neptuno, no veían nacer y crecer a sus hijos, concebidos aprisa entre una y otra vacación.
Cuando la Naval, ahora Izar, se ve inmersa en una profunda crisis por falta de carga de trabajo; cuando las empresas se largan de Bizkaia; cuando la amenaza de paro y miseria es continua para los pocos trabajadores del sector industrial que quedan en activo, cuando inexorablemente se camina hacia un conflictivo enfrentamiento social y político...
¿A qué nos vienen con estas frivolidades y falsos esnobismos?
¿Qué pretenden con estas catárticas manipulaciones sociales, dirigidas a gente que lo ha dado todo por Bizkaia y que sobreviven malamente con pensiones vergonzosas y mejoras sociales escasas?
Amo Bizkaia, amo la mar, amo sus costas, amo sus barcos (algunos llevan el producto de mis trabajos en tanques, tuberías y mamparos); pero nada tienen que ver con estos bodrios que ustedes los políticos tratan de vendernos, y a mayor abundamiento pagados con nuestras honrosas contribuciones.
Tal vez el señor José Luis de Ugarte sea el único que se merezca todo el protagonismo y atención en el simbolismo de dicho evento, al demostrar al mundo con su gesta que tuvo y tiene unos cojones como un caballo, glándulas que a ustedes los políticos les brillan; pero, por su ausencia.

  Portugalete, 22 / 11 / 2003
Theo de la Galea



La respuesta de José Luis de Ugarte el 24 /11 / 2003 a El Correo fue la siguiente:
 
Museo y atributos

Me refiero a la carta del señor Theo de la Galea, publicada en este periódico el pasado 24 de noviembre. Estoy de acuerdo con el señor de la Galea, que muy acertadamente dice que el Museo Marítimo Ría de Bilbao no ha sabido dar protagonismo a los centenares de trabajadores que han hecho posible la historia de la capital vizcaína. Tiene razón, yo conocí la ría cuando era un hervidero de remachadores, caldereteros, trazadores, etcétera, y más tarde soldadores.
Pero estoy convencido de que paulatinamente, el museo irá introduciendo en su muestra a esas gentes que tanto se lo merecen, y muchos de ellos venidos de otras regiones. Sin embargo, creo que nuestro buen amigo se ha pasado “un pelín” cuando compara mis atributos con los de un cuadrúpedo. De todas maneras, muchísimas gracias por la distinción. 

José Luis de Ugarte




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