Museo marítimo
Sr. director
de El Correo
Bilbao
Con el
correr de los años, cuando escasamente brillan sobre la cloaca navegable los
reflejos de titanio de la lata de
conservas abierta a golpes de cincel y martillo costeada por los sufridos
contribuyentes, inicia su andadura el nuevo museo marítimo, formado por pecios
y derrelictos olvidados e incrustados en el limo de la ría, recuperados con
supercabrias, y restaurados amorosamente por manos de parados y estudiantes.
No se
menciona en absoluto en los medios de comunicación a los miles de personas que
provistas de la calidad y temple de nuestros mejores aceros: remachadores,
caldereros, soldadores, tuberos, mecánicos, etc., dieron la vida por ello,
primero construyendo cientos de navíos y variados artilugios flotantes, y
después dejándose la piel en el devenir industrial, siempre incierto.
Sólo salen
las grímpolas de las navieras dirigidas por especuladores hábiles que se
hicieron multimillonarios con el tráfico de alimentos y productos siderúrgicos
destinados a los países contrincantes en las sangrientas guerras europeas. En
absoluto se cita a las legiones de marineros, fogoneros, paleros, engrasadores,
camareros, etc., siempre explotados por armadores y capitanes en campañas
largas en la marina mercante más clasista y sectaria del planeta, a veces en
navegaciones de años. Estos titanes, aguerridos hijos de Neptuno, no veían
nacer y crecer a sus hijos, concebidos aprisa entre una y otra vacación.
Cuando la Naval, ahora Izar, se ve inmersa en una profunda crisis por
falta de carga de trabajo; cuando las empresas se largan de Bizkaia; cuando la amenaza de paro y miseria es continua para los pocos
trabajadores del sector industrial que quedan en activo, cuando inexorablemente
se camina hacia un conflictivo enfrentamiento social y político...
¿A qué nos
vienen con estas frivolidades y falsos esnobismos?
¿Qué
pretenden con estas catárticas
manipulaciones sociales, dirigidas a gente que lo ha dado todo por Bizkaia
y que sobreviven malamente con pensiones vergonzosas y mejoras sociales
escasas?
Amo Bizkaia,
amo la mar, amo sus costas, amo sus barcos (algunos llevan el producto de
mis trabajos en tanques, tuberías y mamparos); pero nada tienen que ver con
estos bodrios que ustedes los políticos tratan de vendernos, y a mayor
abundamiento pagados con nuestras honrosas contribuciones.
Tal vez el
señor José Luis de Ugarte sea el único que se merezca todo el protagonismo y
atención en el simbolismo de dicho evento, al demostrar al mundo con su gesta
que tuvo y tiene unos cojones como un caballo, glándulas que a ustedes los
políticos les brillan; pero, por su ausencia.
Portugalete, 22 / 11 / 2003
Theo de la Galea
Theo de la Galea
La respuesta de José Luis de Ugarte el 24 /11 / 2003
a El Correo fue la siguiente:
Museo y atributos
Me refiero a la carta del señor Theo de
la Galea, publicada en este periódico el pasado 24 de noviembre. Estoy de
acuerdo con el señor de la Galea, que muy acertadamente dice que el Museo Marítimo
Ría de Bilbao no ha sabido dar protagonismo a los centenares de trabajadores
que han hecho posible la historia de la capital vizcaína. Tiene razón, yo
conocí la ría cuando era un hervidero de remachadores, caldereteros,
trazadores, etcétera, y más tarde soldadores.
Pero estoy convencido de que
paulatinamente, el museo irá introduciendo en su muestra a esas gentes que
tanto se lo merecen, y muchos de ellos venidos de otras regiones. Sin embargo,
creo que nuestro buen amigo se ha pasado “un pelín” cuando compara mis
atributos con los de un cuadrúpedo. De todas maneras, muchísimas gracias por la
distinción.
José Luis de Ugarte
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