Vísceras hambrientas
Hasta la fecha
no hemos publicado
libro alguno,
ni crees que lo hagamos,
me sueles apostillar, categórico.
Estamos convencidos de que entrar
en el C. A. S. (Club de las Almendritas Saladas),
como denomina el amigo Trapiello
a los elitistas círculos literarios ibéricos,
nos va a resultar poco menos
que una misión quimérica.
Ahora, no dejamos de intentarlo;
y es que de vez en cuando enviamos,
en vano, ciertas obras,
a algunas de las editoriales más conocidas
de la piel de toro.
Nos resultó muy chocante
que un editor de esta provincia,
donde ambos residimos,
nos propusiera la autoedición
de una de nuestras primeras creaciones.
Nuestra réplica, tras el largo e insidioso
tiempo que sufrimos a la espera
de la valoración de nuestro trabajo,
y la respuesta de aquél,
fue que no teníamos por qué pagar
ni un miserable níquel
con el fin de alimentar vanidades estultas,
puesto que carecemos de ellas.
En cambio, nuestras vísceras
siempre se muestran
hambrientas en exceso.
¡Qué le vamos a hacer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario