Mise en abîme
Eres una mujer realmente
extraordinaria para mí, Ruth,
nunca con una tía tan femenina y
atractiva
estuve: de bandera una hembra
que cotidianamente imagino
moscones y promesas y oropeles
a tutiplén rechazando.
Más todavía: lo mejor de todo
es que una buena chica me pareces;
mas recelo me da el sí darte
y ahora el no decidirme
no me lo perdonaría
el resto de mi vida.
Y es que a veces
un sí contigo más círculos
concéntricos de tener había
que un no, lucubro:
una mise en abîme;
y, si a trozos
de tan insondable sima sé
que a extraer me van:
¿en ese precipicio tan espiral como
perenne,
con introducirme a ganar qué voy?
De mí no te burles, criatura.
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