La levita de Hilario
Nos hemos hecho mayores, eso sí;
mas, acaso sólo pensando en las quimeras de ¿progreso?,
fuimos perdiendo la mayoría de los sortilegios
de nuestra niñez y adolescencia.
Actualmente nos hemos vuelto muy enclenques:
somos harto delicados y melindrosos y,
al paso que caminamos,
todos concluiremos ejerciendo de pedicuros
o portando levita,
lo mismo que los porteros de hotel.